Como bola de demolición: Microgestión.

La microgerencia es un estilo de gestión caracterizado por ejercer un control excesivo sobre el trabajo de los colaboradores. En lugar de permitir que cada uno desarrolle los procesos a su cargo y consiga los productos finales valiosos que se le han encomendado, con el acompañamiento y la realimentación necesarios, los jefes establecen un seguimiento detallado y frecuente de cada actividad, posicionando un mensaje de anulación y desconfianza: “tú no eres capaz”.

¿Qué siente una persona que su jefe desconfía de ella?

Frustración, miedo, enojo, tristeza, tensión constante, sobrepensamiento, ansiedad, afectación de salud física y mental, ganas de renunciar y de decirle “algunas cosas” a ese jefe, pero el miedo no le permite hacerlo.

Con frecuencia, la frustración de trabajar con microgestión se maneja con murmuraciones y comentarios en voz baja. Las consecuencias de la microgestión para la organización son enormes, pero con frecuencia imperceptibles: aumentan los costos emocionales (a la larga financieros también), se pierde talento y se baja la vara. Los colaboradores con alto desempeño renuncian y, para sostener a los microgestionadores, se contrata talento menos desarrollado o con menor desempeño.

Entonces se pierden oportunidades de innovación y de creación de valor para los consumidores o clientes. ¿Cuánto vale esto?

Algunos caminos para superar la microgerencia:

• Brindar una experiencia contagiosa de confianza y empoderamiento por parte de los líderes superiores, quienes tienen la responsabilidad de apoyar el desarrollo de habilidades de sus reportes directos.

• Ofrecer entrenamiento en el desarrollo de habilidades blandas, con énfasis en los supervisores y líderes de los mandos medios.

• Incorporar las competencias de liderazgo en la evaluación del desempeño, lo cual, si es bien manejado, ayudará a posicionar un mensaje de coherencia en la cultura de la organización.

• Animar la práctica del feedback (realimentación sobre actuaciones del pasado) y el feedward (sugerencias para mejorar en el futuro) de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba y horizontalmente, ya que estas conversaciones hacen parte de una cultura de mejoramiento continuo.

• Las creencias de control que son el ADN de la microgerencia pueden ceder con más facilidad en un entorno de colaboración en equipos versus un entorno de desempeño netamente individual.

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